Sergio Massa y Máximo Kirchner se aliaron a Cambiemos este mediodía para sancionar una ley que aprueba un tratado bilateral con Qatar firmado por Mauricio Macri en 2018, que evita la doble imposición y la evasión fiscal de empresas con inversiones en ambos países.

El proyecto se había incorporado al pedido de sesión el miércoles pasado y se sancionó sin debate en el recinto, aunque Máximo no evitó dos rebeldes en su bloque provenientes de movimientos sociales: se abstuvieron Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa; y Verónica Caliva, del Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP), fuerza aliada al Partido Comunista Revolucionario (PCR).

Votaron en contra Los diputados de izquierda, Nicolás del Caño y Juan Carlos Giordano, mientras que los referentes del Frente de Todos y Cambiemos prefirieron no exponer y votarlo a libro cerrado, tal es así que ni siquiera hubo un debate en comisión.

El kirchnerismo aprobará el acuerdo con Qatar que firmó Macri 

No es la primera vez que un asunto internacional que atraviesa la grieta se sanciona sin abrir los micrófonos: sucedió con la ley que incorporó al país a Banco Asiático otro de los gestos de Argentina con China de Macri y Alberto.

Como relató LPO, el joven emir qatarí Tamim bin Hamad Al Thani forjó una amistad con el ex presidente, acercó empresas estatales como sponsors de Boca Juniors y firmó múltiples acuerdos bilaterales, pero exigió que sean ratificados por el Congreso y nunca lo consiguió.

 Tamim bin Hamad Al Thani con Mauricio Macri.  

Tal es así que sigue cajoneado en el Congreso el tratado bilateral de inversiones firmado por Gabriela Michetti y el emir en noviembre de 2016, aprobado en el Senado pero con la abstención de la ahora vicepresidenta y sus entonces compañeras de bancada. 

El acuerdo con Qatar que ahora es ley se firmó en 2018 en Washington y le permite a empresas con presencia en ambos países pagar impuestos en uno sólo. Claro que, según la letra del convenio los tributos incluidos en Argentina son todos los nacionales y locales y en Qatar sólo hay una renta a la propiedad que cobra el reino.

De esta manera, un residente de un Estado contratante que compre bienes en el otro puede pagar bienes en este último, mientras que los beneficios de una empresa solamente podrá someterse a imposición en su sede de origen, salvo que instale una sucursal en el otro territorio. Lo mismo correrá para cualquier imposición sobre salarios.

Además, los beneficios que obtenga una empresa de un Estado contratante que surjan de la operación de buques o aeronaves en el tráfico internacional sólo podrán someterse a imposición de ese Gobierno, una frase a medida de la poderosa aerolínea asiática Qatar Airways.